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Pincharon embajada para secuestrar a Elena Quinteros
El 20 de agosto de 1985 las autoridades de Antel abrieron una investigación a través de una Comisión Especial para conocer el espionaje telefónico realizado por la dictadura con la complicidad y el colaboracionismo de muchos civiles funcionarios de Antel. Ese expediente se llamó N I-13, más conocido por “el expediente de los pinchazos”. Aún hoy existen funcionarios “jerárquicos” de Antel que ayudaron y se “hicieron ricos” colaborando con los militares “espiando” a toda la sociedad: tres de los más de treinta funcionarios aún trabajan en Antel, son “personal de jerarquía” y están “estrechamente vinculados con la sociedad” a la que en su momento espiaron. En Antel durante los 70 y principios de los 80 los llamaban “los intocables” ahora simplemente son “el conejo” “el huevo” y “el capitán”. El Conejo se quiere ir con un retiro incentivado de 25 sueldos; gana 50 mil pesos mensuales. Para secuestrar a Elena Quinteros, también intervinieron los teléfonos de la embajada de Venezuela.
Hoy aún no rebelaremos sus nombres, apellidos y tampoco sus responsabilidades. Pero en próximos artículos sí lo haremos para demostrar que el Directorio de Antel, el ministerio de Defensa y el Poder Ejecutivo todo, siguen amparando a los integrantes de una red de espionaje “colaborador” de la dictadura que no escatimó esfuerzos en pinchar los teléfonos de Instituciones como la Presidencia de la República, el Parlamento, sindicatos, gremiales rurales, ministros, disputados, senadores, dirigentes sindicales, casas particulares. Espiaron a Rodney Arismendi, Hugo Batalla, Juan Vicente Chiarino, Germán Araújo, Pacheco Areco y muchos más.
Sucedieron dos cosas anecdóticas: Pacheco Areco fue el único que se dio cuenta que tenía el teléfono pinchado y reclamó. El otro hecho fue que Carrere Sapriza tuvo el teléfono pinchado desde 1973 hasta 1984.
Hoy un director de Antel reclama que aparezca el expediente de la investigación realizada y que fue enviado, en su momento, al ministerio de Defensa. Sin embargo la ministra Azucena Berrutti parece tener muchas tareas como para dedicarse a investigar qué pasó con ese expediente que involucra a muchas personas que aún hoy están en actividad. Ya sea en los servicios de inteligencia del ministerio del Interior, Defensa, Jefatura y en Antel. Una fuente de Antel señaló que Berrutti “quizás diga que el expediente desapareció” pero “si tiene la voluntad de investigar, e incluso rearmarlo es posible hacerlo” afirmó.
Ayer pincharon la embajada de Venezuela; hoy intentan pinchar reivindicaciones de trabajadores de los Centros de Operaciones
Mientras esto sucede, es decir, Antel ampara a funcionarios colaboradores de la dictadura, los funcionarios del ente siguen esperando que les reconozcan que hubo una reestructura, y para ello deben acudir a los estrados judiciales, y los Centros de Operaciones deben hacer dos horas de paro todos los días para que les reconozcan las carrera funcional, y los equiparen. Es más, en el día de hoy los Centros de Operaciones de todo el país comienzan con 4 horas de paro y sitiarán la Ciudad Vieja con cortes de calles. El viernes desembarcan en el Parlamento y seguirán agudizando las medidas de lucha.
El caso de la maestra Elena Quinteros
El Expediente tenía (o tiene) 1500 folios. En la página 1109 un funcionario de Antel de nombre Ruben Alvarez, reconoce que “estando como encargado en la Mesa del Cordón”, recuerda haber recibido “la orden de intervenir el teléfono de la embajada de Venezuela en el caso” (del secuestro) “de la maestra Elena Quinteros”.
Posteriormente el mismo funcionario señala que “las órdenes las impartió el ingeniero Ayala, y fueron conectadas a las líneas de vigilancia comunes”.
Posteriormente una nota realizada por el diario La Hora, asegura que la investigación no le preguntó al ingeniero Ayala quién le ordenó intervenir el teléfono de la Embajada de Venezuela., luego que la maestra fuera sacada por la fuerza el 28 de junio de 1976.
De todas maneras esto constituye un dato novedoso, ya que el gobierno sostuvo que el episodio fue protagonizado por “elementos particulares y no por las fuerzas de seguridad del Estado”.
Según la investigación pedida por el entonces director frenteamplísta de Antel, Ulises Anaya, hoy fallecido, señala que los centros de escuchas telefónicas fijos que había eran seis: El Servicio de Información de la Defensa (SID), la jefatura de Policía de Montevideo, La casa de Juan Paullier, el Comando General del Ejército, La Región Militar Nº1, y el Despacho del Gerente General de Antel, Rafael Bordabehere en el piso 10 del Palacio de la Luz, donde funcionaba el sector teléfonos de la Ute. Posteriormente a febrero de 1985 las líneas fueron desconectadas, pero no fueron desmontadas, como fue por ejemplo los casos del Sid y la Jefatura de Policía.
José Luis Vázquez Insurgente 30/05/2006
Publicadas por Memoria Vivaa la/s 20:07
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